La banca corporativa es un segmento complejo y distintivo del sector de servicios financieros, con servicios personalizados y procesos complejos que la distinguen de su contraparte minorista. Las grandes instituciones corporativas han dependido anteriormente de relaciones en persona con clientes importantes para impulsar su éxito.
Los altos costos fijos asociados a este modelo de relación bancaria han llevado a las instituciones financieras corporativas a ser más selectivas en la elección de sus clientes, principalmente en función de la rentabilidad y los resultados. Encontrar y nutrir la base de clientes adecuada a menudo se considera el principal desafío para estas instituciones.
En realidad, el problema al que se enfrentan los bancos tradicionales radica en su tecnología legada desactualizada. Esta infraestructura inflexible obstaculiza la innovación, impidiendo que estos bancos sigan el ritmo de las demandas de los reguladores y los clientes por igual.
Los riesgos comerciales de mantener software antiguo en funcionamiento, como el riesgo de fallos operativos, los costos de mantenimiento y la falta de innovación en productos, se han vuelto más significativos que los riesgos de implementar una plataforma moderna.
El momento es ahora
Sin embargo, invertir en nueva tecnología es una solución compleja, ya que requiere navegar a través de capas de sistemas legados enredados en diversas funciones y líneas de negocio. Igualmente, un ejecutivo de nivel C emprendedor que intenta impulsar cambios todavía necesita el respaldo de las partes interesadas involucradas.
Todo esto ha llevado a un aplazamiento de una inevitabilidad: los bancos corporativos deben abrazar el futuro digital o arriesgar su éxito.
El tiempo se ha agotado. Los clientes corporativos esperan niveles de servicio que coincidan con los que los bancos minoristas brindan al gestionar sus cuentas personales. Cuando un CEO corporativo puede crear una cuenta bancaria personal en una tarde, ¿por qué debería aceptar esperar hasta 100 días para su empresa?
Los viejos procesos pertenecen a un museo
Imagina enfrentarte a un sinfín de papeleo, solicitudes redundantes de información, firmas en tinta húmeda y la necesidad de más visibilidad al intentar abrir una cuenta minorista. Luego, cuando se activa tu cuenta, te encuentras con procesos manuales desarticulados, poca transparencia en las transacciones y la necesidad de más datos.
Las corporaciones pueden recurrir a su Gerente de Relaciones para obtener respuestas, pero ¿pueden tus empleados explicar el enredo creado por décadas de software legado?
Sin embargo, lograr un banco corporativo digital significa más que copiar a los exitosos bancos minoristas digitales. Requiere un enfoque integral que se alinee con los objetivos centrales de los clientes, entregue valor a través de productos y servicios centrados en el cliente, y evolucione constantemente para satisfacer las necesidades de los clientes.
Esto incluye procesos de incorporación rápidos, operaciones simplificadas, análisis para una gestión óptima de efectivo y liquidez, y herramientas para una eficiente gestión del capital de trabajo y servicios para empleadores.
Los tomadores de decisiones en los principales bancos ya han comprendido el potencial de las aplicaciones nativas de la nube para lograr este objetivo. La elección ahora es seleccionar un proveedor de sistemas con las herramientas y la experiencia adecuadas para aprovechar la banca central de próxima generación.
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Además, el sistema de Pismo está preparado y probado para manejar grandes volúmenes de transacciones, una ocurrencia diaria para los clientes corporativos más grandes. También permite a las instituciones financieras organizar jerárquicamente regiones, sucursales y cuentas en toda una organización, lo que es perfecto para los bancos globales que operan en múltiples jurisdicciones.
La transformación digital no tiene por qué ser un interruptor de encendido y apagado
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